Se veía a gente de calle, humilde. Ahí ya la gente salió corriendo para abajo a protegerse porque dijeron que estaban tirando bombas. Hasta tarde, ayudando en todo lo que se pudiese, estarían ese día los obreros de chalecos y cascos blancos y naranjas. Cuando sentí la explosión salí y empecé a ver cómo se derrumbaban las paredes, camiseta francia marcos y falsos techos. Los padres recogieron las mochilas de sus hijos de entre los escombros de la escuela.