Primero, porque los criterios son subjetivos y lo que para uno es una genialidad, para otro puede ser un completo mamarracho. El FC Barcelona planta bien, tiene una buena academia y sabe cómo sacar jugadores. Y la FIFA le prometió a Diego, sabiendo que tenía un problema, que no le iba a sacar el dopaje. Por entonces, la selección soviética se encontraba en la etapa final de su preparación para acudir al Mundial de Suecia que empezaría un mes más tarde y a la que llegaba con el cartel de candidata después de la medalla de oro obtenida en los Juegos Olímpicos de Melbourne un par de años antes.