Una de las teorías, irrefutable y siempre apoyada por las escasas fotografías en blanco y negro de la época -de confusa interpretación-, era que estas bandas eran portadas por los jugadores como un mero añadido de color azul o rojo, para diferenciarse entre ellos en los partidos de preparación (a semejanza de los pelotaris, deporte de gran tradición y arraigo en la época).