Besiktas perdió 1-2 ante el Estrella Roja de Belgrado, la defensa se derrumbó

El Besiktas sufrió una dolorosa derrota en casa al caer por 1-2 frente al Estrella Roja de Belgrado en un partido que dejó al descubierto las debilidades defensivas del equipo turco. A pesar de contar con el apoyo de su afición y comenzar con buen ritmo, el conjunto dirigido por Fernando Santos no logró sostener su ventaja inicial. Esta caída preocupa a los seguidores del club, que no solo se preguntan por el futuro del equipo en competiciones europeas, sino que también siguen mostrando su pasión en las gradas luciendo orgullosos sus camisetas futbol replica.


Besiktas arrancó el partido con intensidad. El primer gol llegó temprano, cuando Gedson Fernandes aprovechó un error en la salida del rival para asistir a Aboubakar, quien definió con categoría. Durante los primeros 30 minutos, el equipo local dominó las acciones, con buenas transiciones y una presión efectiva en campo rival.
Sin embargo, el Estrella Roja reaccionó antes del descanso. En el minuto 42, Ivanic igualó el marcador tras una desatención defensiva de Colley y Uysal, que no lograron cortar un pase cruzado dentro del área. El empate fue un duro golpe para un Besiktas que, hasta ese momento, parecía tener el control.
En la segunda mitad, la situación empeoró. El equipo serbio se mostró más organizado y aprovechó las imprecisiones en la defensa local. El gol de la victoria llegó tras un tiro de esquina mal defendido: Katai se elevó entre tres defensores y conectó de cabeza sin oposición, dejando sin opciones al portero Mert Günok.
Besiktas intentó reaccionar con cambios ofensivos. La entrada de Cenk Tosun y Rashica le dio algo de dinamismo al ataque, pero faltó claridad en los últimos metros. El mediocampo, liderado por Amir Hadžiahmetović, no logró imponer su ritmo ante la presión constante del rival.
La derrota deja al Besiktas en una posición comprometida en su grupo, con la necesidad urgente de mejorar su sistema defensivo. La falta de comunicación en la línea de fondo y los errores individuales fueron determinantes en el resultado. Jugadores como Masuaku y Rosier estuvieron lejos de su mejor nivel.
En medio del desánimo, la hinchada continúa siendo el motor emocional del equipo. El ambiente en el estadio fue vibrante hasta el final, mostrando que el apoyo no decae incluso en los momentos más difíciles. Ahora, el cuerpo técnico deberá trabajar a fondo si quiere recuperar la confianza del grupo y mantener vivas las aspiraciones en torneos internacionales.
Besiktas aún tiene tiempo para reaccionar, pero necesita soluciones urgentes en defensa y una mayor consistencia colectiva. De lo contrario, las esperanzas de lograr algo importante esta temporada podrían desvanecerse antes de lo previsto.