Obtuvo un puesto como obrera metalúrgica y fue testigo central del crecimiento de un pibe cuyo principal entretenimiento era la pelota de fútbol, con la que desde muy chico demostraba habilidades especiales. Jugábamos poniendo dos piedras para hacer la portería, o las mochilas del colegio. Tiene miedo de que pueda suceder algo así de nuevo. Lo que demuestra que tenemos carácter, tenemos la capacidad y, sobre todo, no nos vendemos.