La Guardia Varega destacó en la defensa de la ciudad por su violencia repeliendo los ataques cruzados en combate cuerpo a cuerpo. Como tal, además, participaban en las ceremonias públicas de la capital y custodiaban los lugares más destacados de la ciudad (como la residencia del emperador). Con todo, los 6.000 hombres de aquella Guardia Varega llevaban a cabo multitud de tareas más. Así, poco a poco, se ganaron a sangre y fuego su fama de leales y fieles.