Y esto no es por casualidad o comodidad, sino parte de una línea de pensamiento que promueve la cultura en el fútbol. Sin embargo, su estancia en Barcelona dejó una gran huella en su persona, pues se integró muy rápidamente en la cultura catalana, hasta el punto de llamar a su tercer hijo, Jordi. Sus problemas con la directiva le hacen abandonar el fútbol español.